La paciencia
Que gran virtud, no podemos dejar de dar importancia a todas esas personas que nos rodean, con ese don, con esa manera de llevar un problema o un proyecto al que se ha llegado hasta el momento de dar a la luz. Siempre nos han parecido personas dignas de admirar, siempre hemos creído que esto no iba con nosotros, esto es cosa de personas a las que la espera no les es un impedimento para seguir avanzando.
Hasta hace unos años nunca me había considerado una persona paciente, quizás nunca había sabido temporizar el desenlace de mis acciones, sobretodo cuando estas eran fascinantes, pero créeme que esto se puede aprender o modificar, la experiencia te hace ver que las prisas no suelen ser buenas en la mayoría de los casos. El problema suele ser cuando el tiempo corre en tu contra, creando un estado de precipitaciones y alteraciones en el proceso de tus acciones al que también conviene controlar en la mayoría de los casos.
Tomar decisiones acertadas. Cuando hace un tiempo decidí correr la Maratón de Barcelona sabía que lo hacía con mi consciencia pasada, esa que me llevaba a decidir sin pensar demasiado, seguramente empujado por la fascinación que comentaba antes y es que de la misma manera, siempre he pensado que si puedo hacer algo y no hay ninguna razón que me lo impida, voy y lo hago, o por lo menos lo intento. Hace tres meses no había ninguna razón por la que no debía correr esa carrera a pesar de que mis objetivos deportivos que me marqué en los inicios del 2014 giraban entorno a la montaña. De hecho, mi preparación estaba en este terreno y no había una razón aparente para tener que cambiar mis entrenamientos, de la potencia de las cuestas a las zancadas largas del asfalto y claro, si se hace se hace en condiciones. En todos los líos en los que me involucro, lo hago al 100%, nada de a medias tintas… el a ver que pasa no va conmigo.
Desde el día que decidí empezar con la preparación de esa carrera ha ido conmigo la paciencia. ¿Una lesión a consecuencia de querer hacer las cosas muy rápidas? no lo sé, quizás no fue la decisión más acertada y ahora, casi tres meses después me encuentro sin poder hacer lo que me gusta, lo que me complementa en muchas cosas importantes en mi vida y ahora viene cuando la madurez hace que la paciencia tenga mucho que ver en todo esto.
Sigamos pues con la paciencia, siendo constante e incesante para conseguir cumplir mi primera meta hacia el objetivo de volver a correr.
Author de la foto: Kike García
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!