Las redes sociales son un escaparate perfecto para conectar con todo tipo de personas. Muchas de ellas nos han permitido conocerlas en persona, otras compartir y construir relaciones que nos han ayudado a mejorar.
Pero por norma general todo lo que compartimos suele ser lo bonito y precioso, pero nunca acostumbramos a compartir aquello que nos preocupa o errores que hemos cometido.
En el Desafío de esta semana os propongo que intentemos ser nosotros mismos y que de una manera respetuosa y afable compartamos lo que hemos aprendido después de un error o compartamos nuestras inquietudes.
Si lo hacemos veremos cómo la interacción cambia y muchas personas se prestarán para ayudarnos o agradecernos que también en las redes somos personas normales.